La paralización federal provoca una ola de cancelaciones y demoras en aeropuertos, mientras el personal de control aéreo enfrenta jornadas extenuantes y las aerolíneas reducen operaciones por orden oficial
El impacto de la prolongada paralización del gobierno de Estados Unidos se intensifica en el sector aéreo, con miles de vuelos cancelados y retrasados y la expectativa de que las interrupciones se agraven en los próximos días. Según datos de FlightAware, más de 1.400 vuelos fueron cancelados para el lunes y cientos más sufrieron demoras, mientras que el domingo se registró el peor día para los viajeros desde el inicio del cierre, con cerca de 3.000 cancelaciones y más de 10.000 retrasos.
En respuesta a la emergencia, el Departamento de Transporte emitió el jueves una orden que obliga a las aerolíneas a reducir sus operaciones al menos un seis por ciento en decenas de aeropuertos antes del martes por la mañana. Esta medida, que prevé recortes progresivos durante varios días en cuarenta aeropuertos de alto tráfico, busca aliviar la carga sobre los controladores aéreos y establece que la reducción alcance el diez por ciento al finalizar la semana.
Entre las compañías más afectadas este lunes se encuentran Delta y Southwest Airlines, que en conjunto cancelaron más de cuatrocientas operaciones, según FlightAware. Por su parte, la operadora regional SkyWest suspendió el diez por ciento de su programación.
En medio de este escenario, las aerolíneas están obligadas a reembolsar íntegramente el costo de los vuelos cancelados. Además, los pasajeros pueden solicitar la devolución total si deciden no viajar en caso de que su vuelo doméstico se retrase más de tres horas, o si el retraso supera las seis horas en rutas internacionales.
El estancamiento político que ha prolongado el cierre mostró señales de posible resolución la noche del domingo, cuando un grupo de demócratas se unió a los republicanos para avanzar en un acuerdo que podría allanar el camino hacia la reapertura del gobierno. Esta votación extraordinaria de fin de semana, que requería el respaldo de sesenta senadores, representa el primer paso de varios necesarios para que la propuesta avance en la cámara, según informó The Washington Post.

