El Tesoro americano sorprendió con su intervención en el mercado cambiario. Se estima que fueron alrededor de USD 200 millones lo que provocaron una baja de $ 40 en la cotización de dólar. Para Estados Unidos, la Argentina atraviesa un problema de liquidez pero no de solvencia
Existe un mantra que se mantiene en Wall Street hasta estos días: “No pelees con la Fed”. Se trata de un mensaje para que los inversores no hagan apuestas que van en contra con la dirección que la autoridad monetaria de Estados Unidos quiere imprimirle a las tasas de interés o alguna otra variable financiera. Tras el anuncio de ayer, esta advertencia debería ser readaptada ligeramente: “No te enfrentes con Trump”.
Los inéditos anuncios realizados por el Tesoro americano buscan justamente torcerle el brazo a quienes venían apostando a una devaluación del peso post elecciones legislativas. La demanda de dólares se venía incrementando dramáticamente, ante el supuesto que la jornada posterior a los comicios habría una salida del esquema actual de bandas cambiarias. Una eventual flotación del tipo de cambio, siguiendo ese razonamiento, generaría un salto discreto de la cotización del dólar.

Esta venta de dólares a cambio de pesos sucedida ayer es inédita y marca un hito en materia de salvatajes. El propio Scott Bessent reconoció que esta tarea debería corresponderle al FMI, pero el apremio en un contexto electoral motivó que se llevará adelante una intervención directa.
Con un mercado ya muy dolarizado, cabría esperar exactamente lo contrario: que la oferta de dólares supere la demanda y el tipo de cambio caiga. Por lo pronto, todo indica que que la tranquilidad cambiaria está asegurada al menos en las próximas diez jornadas hábiles que quedan hasta las elecciones.
El menú anunciado por el Tesoro norteamericano es contundente. No solo será a través de la intervención directa en el mercado cambiario comprando pesos. También se acordó un swap de monedas por USD 20.000 millones, que no implica un financiamiento directo pero que sí incrementará automáticamente las reservas del Banco Central. Además, Bessent aclaró que estará dispuesto a intervenir con otras herramientas junto al FMI en caso que Argentina lo requiera.
Entre las explicaciones brindadas por el funcionario del Tesoro americano en redes sociales apareció el concepto de “iliquidez”. Esto significa que la ayuda a la Argentina se enmarca en un problema que es transitorio generado por la campaña electoral, pero que no es en realidad un problema de solvencia. En esa línea, ofrecer dólares al mercado hace que esa iliquidez pueda ser enfrentada con la oferta de un tercero, en este caso el gobierno norteamericano.
El impacto sobre el mercado cambiario se hizo sentir de inmediato. El dólar oficial que el gobierno argentino fijó en $1.475 (casi 3% arriba de la jornada anterior) terminó cayendo a $1.430. El minorista que en el arranque de la jornada estaba en $1.490 finalizó a $1.450. Se trata de una puerta de entrada de lujo para Bessent, que pudo vender dólares caros y ahora tiene dos opciones: recomprarlos a un precio más bajo si el mercado lo permite o invertir los pesos aprovechando altas tasas de interés.
No hubo anuncios específicos sobre la posibilidad de salir a recomprar bonos. El mercado de deuda, sin embargo, voló ante las noticias. El hecho que las reservas del BCRA queden más protegidas ya que ahora cuenta con el respaldo del Tesoro americano reduce de manera sustancial las chances de default al menos en los próximos dos años. No es casual que los más cortos, como el AL30, hayan sido los más beneficiados porque son los que repagan capital más rápido.
Tanto Bessent como la titular del FMI, Kristalina Georgieva, indicaron que uno de los objetivos principales es que que la Argentina se encuentre en condiciones de acumular reservas. La incógnita que sigue dando vuelta es si lo logrará con el actual tipo de cambio o hace falta uno más alto.
En la medida que aumente la demanda de pesos a partir de los últimos anuncios, será más fácil que el Tesoro vuelve a comprar dólares y empiece a recuperar las divisas perdidas en las últimas jornadas. Sin embargo, el FMI tiene un objetivo mucho más desafiante: la Argentina debería acumular nada menos que USD 80.000 millones hasta 2030.
Por supuesto queda sobrevolando la duda sobre lo que podría ocurrir el día después de las elecciones legislativas. ¿Y si el Gobierno sufre una gran derrota se mantendrá el apoyo del Tesoro americano?
No es menor que el anuncio y la primera intervención del Tesoro americano haya sucedido cuando todavía faltan más de dos semanas para las elecciones. La decisión persigue dos objetivos: frenar en seco la demanda de dólares del público y al mismo tiempo darle un empujón al gobierno para llegar con mayor tranquilidad a las elecciones del 26 de octubre.